Propuestas como éstas son consideradas o al menos aludidas en el último último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) de la ONU presentado el pasado mes de octubre, el cual se mantiene, aun así, reacio a usar la palabra geoingeniería. El calentamiento global es algo que a estas alturas es ya indiscutible y urgen las medidas para frenar y mitigar sus efectos.
Ante esta inmediatez en la necesidad de frenar el calentamiento global se hace alusión a algunas posibles soluciones generando una gran controversia científica sobre cómo evitar los impactos irreversibles en el planeta.
Limitar el calentamiento a 1.5ºC por encima de los niveles preindustriales requeriría tasas de transformación sin precedentes en muchas áreas, incluyendo en los sectores energéticos e industriales.
La pregunta es: ¿Debe el ser humano alterar el clima de la Tierra para intentar frenar el actual problema del cambio climático? Analizamos las técnicas que se plantean:
Se plantea la posibilidad de establecer determinadas técnicas de eliminación del CO2 de la atmósfera en caso de no poder alcanzar el objetivo deseado, si superáramos el valor de temperatura 1.5ºC. En este sentido hay dos formas para poder hacerlo:
Se le conoce como Bioenergía con captura de carbono y almacenamiento (BECCS por sus siglas en inglés). Este último (y artificial) método consiste en utilizar plantas para capturar el dióxido de carbono y luego quemarlos para generar energía y capturar las emisiones de carbono resultantes bajo tierra. En teoría, al quemar las plantas se emite el mismo CO2 que éstas han absorbido durante su crecimiento, con lo que la emisión neta sería cero.
El principal problema que se plantea aquí es: si almacenamos CO2 nocivo de la atmósfera bajo tierra, esto ¿no tendrá también consecuencias?
Se pretendería no mitigar como en el caso anterior, sino más bien frenar algunos riesgos globalesdel cambio climático en casos extremos como los relacionados con el aumento de temperatura, tasa del nivel del mar, perdida de cubierta de hielo marino y frecuencia de las tormentas en el Atlántico Norte y olas de calor en Europa.
La mayoría de los métodos implican reducir la radiación solar entrante que llega a la superficie, pero otras también actúan sobre la onda larga de radiación que reduce el espesor óptico y la vida útil de la nube.
Es dentro de esta “opción” donde se plantea la inyección de aerosoles estratosféricos (para simular el enfriamiento que produce una erupción volcánica), la modificación del brillo de las nubes marinas, el adelgazamiento de las nubes tipo cirros o la modificación del albedo (la capacidad que tiene la superficie de la Tierra de reflejar la luz solar) del terreno.
Sin embargo, más allá de futuros planes, ideas o proyectos nos encontramos con una última noticia, que nos dice que china podría estar planteándose u nuevo proyecto llamado “Río celestial” en el cual buscaría provocar precipitaciones con cientos de chimeneas de yoduro de plata en la región tibetana.
Esto podría tener consecuencias impredecibles en China y en el resto de países ya que podría afectar a los ecosistemas y equilibrio hídrico de la región.
excelente información. gracias